miércoles, 13 de junio de 2012

VOTO ÚTIL, VOTO RAZONADO

Durante cada proceso electoral invariablemente salen a relucir frases que desafortunadamente todos –me incluyo- andamos repitiendo como si con ellas diéramos contenido a nuestras ideas, así, es común que en las charlas de sobre mesa, de oficina u otros lugares, cuando se trae a colación el tema de las elecciones que se avecinan alguien de nosotros escupe frases como: “hay que razonar el voto o emite un voto útil”, sin embargo, ¿realmente hemos pensado que implican esas palabras? Lo digo puesto que con el pasar de los días y gracias a lo avanzado de la tecnología y el uso –a veces irresponsable- de las redes sociales hoy es más fácil conocer casi al instante las opiniones que se van generando tanto sobre los discursos de los presidenciables como de los lugares a que acuden y lo que proponen, que por cierto, sobre esto último es el tema que más me preocupa y que me tiene más que convencido que todo lo que esta ocurriendo es una verdadera faramalla (por decir lo menos) y que por ello ni hay voto razonado y mucho menos voto útil en estas ya citadas elecciones. Pero ¿porque señalo esto? Es muy sencillo señores, este proceso electoral inició y llega a su punto medio lleno de aburrimiento, aderezado con los ya conocidos dislates de López Obrador disfrazados de “amor”; con las peripecias de un Peña Nieto que a muchos se les cayó del pedestal en el que lo tenían; de una Vázquez Mota que nunca levantó por ese abandono en que sus seguidores la colocaron aunado a una imagen falsa y acartonada que supongo sus asesores le sugirieron y de un Quadri que no es otro más que el sabido perdedor que como candidato es un excelente académico. Pues bien, de todo esa modorra en que nos colocaron estos señores nos vino a sacar ese movimiento llamado #yosoy132 que, como todos sabemos, surge a raíz de lo ocurrido en la Universidad Iberoamericana, debo decir que antes de ese eventazo había yo entrado en un estado de tifoidea emocional e intelectual, derivado de un contacto prácticamente ininterrumpido con los tufos auditivos de los spots de campaña que nos recetaban todos los días. Me revolvía el estómago el “sabes que lo voy a cumplir” de Peña Nieto, me daba sueño la voz de Josefina y El Peje me llenaba las retinas con secuelas del 2006. La contienda, para mí, no era ni un hijastro de las campañas del sexenio pasado. Afortunadamente los infomerciales presidenciales explotaron de un día para otro; y las campañas se volvieron un circo delicioso. Yo no tenía más que sonrisas y aplausos para los universitarios vigorosos, apasionados e independientes que, sin darse cuenta, marcaron la agenda electoral. Desafortunadamente, como ocurre con casi todos los movimientos que surgen de ideales puros, nobles y transparentes –y esto hay que decirlo sin tapujos- no faltó que los ojos de los grupos políticos que hoy se disputan el poder (y dinero que le acompaña) voltearan a ver a ese movimiento al tiempo que se relamían los bigotes y se sobaban las manos en señal de antojo, por hacerse de la oportunidad de utilizarles para quitarle votos al causante de la molestia de aquellos, y tan se apoderaron de ese movimiento que con el paso de los días lograron incidir en la agenda electoral a grado tal que las televisoras anunciaron que el debate del domingo pasado se transmitiría en sus canales estelares, tal como López Obrador quería. Hoy día se han declarado apartidístas pero de igual forma anti peña Nieto, pero además tienen programados debates con los candidatos a quienes han invitado y obviamente el único que les pintó cremas es precisamente Peña Nieto y a raíz de ello he leído y escuchado opiniones de crítica en torno al tema y yo les pregunto: ¿pues que esperaban? ¿Qué si a alguno de Ustedes le invitan a una mesa de debate en cuyo recinto en que tendrá lugar no habrá lugar más que para aquellas personas que se han declarado abiertamente en su contra, irían a sabiendas de que no recibirán más que ofensas, gritos y mentadas de madre, sino es que hasta madrazos? El que diga que sí o es muy pendejo, muy cínico o de plano muy contra; no señores, eso no es democracia, eso no se puede considerar siquiera un intercambio de ideas, eso no es un foro que realmente nos de luz a cerca de quienes son los candidatos que habrán de gobernarnos, eso será un circo y nada más; desafortunadamente el movimiento estudiantil ya no es lo que se pensaba, estoy más que cierto que de este se han apoderado intereses que difícilmente pretender dar substancia ideal al proceso electoral, o no me digan que de ese ejercicio (debates) se habrá de obtener conceptos que den utilidad al voto o que incidan en la decisión de los electores, porque -sin atentar en contra de la inteligencia de muchos estudiantes que sí merecen esa denominación- ¿quienes serán los que debatan con los candidatos? ¿Quiénes serán los moderadores? ¿Quién redactará las preguntas? ¿Con que bases las sustentarán? ¿Quién de ellos ya se enfrenta a responsabilidades más allá de cumplir con levantarse de la cama, tenderla y acudir a un aula? No dudo que muchos de ellos ya se integraron al mundo laboral, pero de eso a que cuenten, por ejemplo, con la experiencia de vida de sus padres, pues lo dudo, digo, no es lo mismo verlo que vivirlo ¿o no?, yo creo que si realmente estos jóvenes quisieran darle sustancia al proceso electoral, lejos de organizar debates tendrían que aprovechar esa gran aportación que le debo reconocer a López Obrador ¿a que me refiero? Pues al haber dado a conocer a quienes lo habrán de acompañar –insisto, en el supuesto inadmitido e irracional caso- de ganar la Presidencia de la República, esto último que sus correligionarios y seguidores se han encargado de magnificar como signo inequívoco de nobleza y transparencia de su apóstol, es cierto, es algo nuevo que todos los candidatos deberían obligarse a dar a conocer y más cierto es que el único candidato que ha presentado al gabinete que le acompañará es AMLO, pero ¿eso ya es suficiente? ¿Ya con eso estamos satisfechos? ¿Eso nos es suficiente para saber que el candidato de todas nuestras confianzas es el mejor? Quien me diga que sí pues desde este momento le digo que tiene un pensamiento mediocre (por decir lo menos), pero después de tanta verborrea alguien se preguntará ¿bueno y según tú entonces que deberían hacer? Pues es muy simple y lo respondo: si ya hemos visto que el #yosoy132 ha movido la agenda electoral y ha sacado de su marasmo a los candidatos, en lugar de organizar debates pedorros con estos últimos porqué no exigir la suspensión de las elecciones hasta que cada candidato presente a su gabinete; pero no sólo eso, sino que cada uno de estos presente las propuestas que desde su trinchera habrá de ejecutar para lograr ese mágico bienestar que sus candidatos nos han vendido, digo, quizá la inexperiencia de esos estudiantes no les hace ver que hasta el siglo pasado se creía que –por ejemplo- que los abogados eran “todologos” y lo mismo les podían arreglar un asunto penal, que un divorcio o un problema fiscal; idea que con el devenir de los tiempos se ha abandonado porque hoy se exige que los profesionistas se especialicen en determinada materia; quizá estamos olvidando que los políticos desarrollan una profesión: son políticos de profesión, pero ello no los convierte en TODOLOGOS porque de ser así entonces que caso tendría que se hicieran acompañar de un gabinete integrado por personas que supuestamente tienen experiencia en el ramo que habrán de desempeñar. De ahí que estoy más que convencido que si en verdad ese movimiento quisiera dar a conocer realmente lo que cada candidato ofrece pediría el aplazamiento de las elecciones hasta conocer a su gabinete y luego de ello ponerlos a debatir a cada integrante, uno a uno, sobre los temas que planteó su candidato, de esa forma tendríamos la oportunidad de que dos expertos en cuestiones económicas y hacendarias debatieran –por ejemplo- sobre la viabilidad de aquella especie de que al reducir los sueldos de altos funcionarios se obtendría dinero suficiente hasta para regalarle once mil pesos al mes, a cada familia de México, de igual forma, sabríamos hasta que punto la educación podría lograr esa calidad de la que tanto han presumido, hasta que punto la violencia se “apaciguaría” como lo aseguran, eso señores, eso sería darle utilidad real a ese tan sonado movimiento, eso vaya que sí cambiaría el rumbo de nuestra “democracia”, pero sobre todo ahora sí cuando escuchara decir a alguien que se ha decidido por tal o cual candidato porque su voto será útil, sabría en ese momento que realmente es porque conoció las propuestas del candidato y de su gabinete, habría substancia para debatirle las propuestas en caso de que las mismas fueran contrarias a las del candidato de mi preferencia, mientras algo así no ocurra, por favor no me salgan con esa mamada de que su voto es útil porque es un voto razonado. Pues eso.

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