CRÓNICA DE UN SUEÑO AMERICANO PARTE IV

Llegó el día jueves dieciocho de junio de mil novecientos noventa y ocho, y siendo las 03:00 horas de la mañana nos levantamos a seguir caminando hasta las 11:00 horas aproximadamente, yo ya cási no podía caminar ya que mis piés los sentía bastante lastimados; descansamos, comimos y para esto nada más me comí dos tacos y todos a dormir y descansar un poco, me quité los ténis, los calcetínes; siendo aproximadamente las 16:30 horas nos levantamos y comimos (nada más me comí un taco) continuamos caminando y me fui quedando hasta atrás porque ya no podía cási caminar por las ámpulas quie traía en la planta de los piés; siendo las 17:45 horas descanzaron; me esperaron, llegué y descancé cinco minutos, decidí continuar siendo las 18:00 horas, me acompañó su cuñado del señor que nos llevaba de nombre IGNACIO, esto lo decidí ya que era tarde y no podía caminar rápido, caminamos y caminamos casi sin descansar, hasta que llegamos cerca de una tienda más o menos como la del ISSSTE** muy cerca de Tucson, esto como a las 02:40 horas del viernes diecinueve de junio, pasando por unos nogales, unos árboles grandes, en la orilla cargamos un galón con agua y vímos un venado aproximadamente a cincuenta metros de distancia; había bastante agua ya que regaban los nogales, pasamos también por montes, caminos feos de piedras, arenas, alambres de púas, hasta que llegamos a un arroyo seco, ta demasiado cansados nos dormimos sobre la arena y como siempre a la intemperie con un frío en la madrugada que hasta tronaban los dientes, mi compañero NACHO se levantó como a las 07:00 horas y se fue a buscar a los demás, encontrándolos a unos treinta metros adelante, regresó él, el señor y otro compañero de nombre CHUCHO, me ayudaron a levantarme ya que cási no podía sostenerme en pié, para lo cual me iban ayudando con un palo como bastón, caminé y nos reunímos con los demás, les pregunté que a qué hora habían salido y a que hora llegaron ahí respondiéndome que a las 18:30 horas llegando a las 23:00 horas (haciendo ellos cuatro horas y media, en lo que nosotros -NACHO y yo- hicimos ocho horas cuarenta minutos por lo mismo que casi no podía caminar) una vez reunidos dijeron que había que cooperar para que fueran a la tienda (la ya mencionada en líneas precedentes) a comprar cosas para comer, tocándonos una cooperación de cinco dolares cada uno, fueron tres personas a comprar las cosas, compraron mortadela, aguacates, jitomátes, chicharrón esponjado, tortillas, chiles en vinagre, refrescos en lata, agua (un galón) y también un galón de gatorade, siendo casi cien dolares por todo; llegaron con las cosas como a las 10:00 horas de la mañana, nos reunímos y desayunamos; siendo aproximadamente las 11:30 horas nos recostamos y algunos se durmieron, otros platicaban, otros meditábamos, yo en lo personal me había quitado los ténis y los calcetínes ya que no aguantaba la molestia y el dolor de los pies (esto lo hice durante el tiempo que fueron a comprar las cosas) al revisarme vi las ámpulas bastante grandes y comprendí el porqué casi no podía caminar, una vez que estuvímos descansando el señor que nos llevaba consiguió una playera, la rompió y me lavó los pies, los cuales estaban sangrando y supurando, me dolía y ardía bastante, terminó de lavarme y me dijo quedate así para que se te oreen un poco, así lo hice y no pude dormirme porque me puse a pensar que hacer si seguirle o regresarme ya que el ardor y el dolor era intenso; siendo aproximadamente las 14:30 horas hablé con un compañero de nombre BENJAMÍN LOBATO originario del Distrito Federal, el cual había comentado que estaba fastidiado, que se quería regresar, le dije que yo pensaba regresarme, que si decidía que me dijera y nos regresabamos, me dijo que sí, entonces le hablé al señor que nos llevaba y le dije que me quería regresar y que BENJAMÍN también quería regresarse...continuará

** En Huichapan -según tengo entendido- la tienda más grande que había es la del ISSSTE; hoy día ya existe un aurrera (nota aclaratoria de quien escribe)